sábado, 12 de diciembre de 2015

UN MAL DE MUCHOS: SÍNDROME DE DOLOR PÉLVICO CRÓNICO EN VARONES

Dr. Jorge Fernandini Artola - Urólogo y andrólogo de la Clínica de Fertilidad ProCrear

El Síndrome del Dolor Pélvico Crónico en varones ocurre cuando se tiene más de 6 meses presentando molestias, presión o malestares en la zona pélvica.

Esta dolencia representa un deterioro importante en la calidad de vida del varón, ya que experimentará problemas urinarios, gastrointestinales e inclusive reproductivos, ya que en algunos pacientes pueden asociarse a un descenso de la erección.

El síntoma más frecuente es el dolor (en el perineo, zona ubicada entre el recto y los testículos). Este dolor suele ir acompañado de molestias miccionales constantes, escozor miccional y en algunas ocasiones, dificultad para orinar. 

El Síndrome del Dolor Pélvico Crónico es frecuente y cubre el 15% de las consultas ambulatorias del urólogo.

Causas


Las causas de este síndrome pueden ser variadas: causas traumáticas, infecciones, vasculares o por problemas de tumoraciones. Además, puede ocurrir debido a malos hábitos de vida, por problemas asociados a la parte urinaria, prostática o al nivel del recto. 

En caso que el dolor este asociado a problemas de disfunción eréctil, es decir la falta o incapacidad de lograr o sostener una erección, puede estar relacionado a problemas de infertilidad.

Los órganos más afectados


El Dolor Pélvico Crónico afecta principalmente a la vejiga, la próstata y al recto, así como también a los músculos del piso pélvico, que están ubicados debajo de todos los citados órganos.

Prevención temprana


Este problema se detecta mediante exámenes clínicos. El paciente refiere un dolor al médico o se percibe a la hora de palpar la zona pélvica.

La realización de un estudio detallado de la historia del paciente, una exploración física y pruebas de laboratorio deberían descartar diagnósticos que puedan inducir a confundir este síndrome con otro. 

Los siguientes exámenes ayudan a un diagnóstico eficaz: análisis o cultivos de orina, para determinados pacientes, pruebas urodinámicas, cistoscopia y estudios mediante imágenes de la porción inferior de las vías urinarias o de la pelvis. 

Algunos pacientes pueden experimentar el dolor pero no lo asocian porque piensan que es algo diferente o que se debe a un problema pasajero o menor, es por ello que el dolor va evolucionando y llegan a padecerlo mucho más tiempo de lo que realmente indican. 

Si el paciente tiene problemas urinarios entonces puede ser motivo de cálculos, tumores, cistitis, prostatitis; si es gastrointestinal puede ser estreñimiento, hemorroides y si es vascular pueden tener várices, etc.

Tratamiento


El tratamiento suele debe personalizarse de acuerdo a cada paciente, evaluando y abordando el impacto que ejercen el dolor y su tratamiento en la función sexual. 

La termoterapia local, la práctica de ejercicio de bajo impacto (caminatas, natación, estiramientos y yoga), modificaciones de la dieta y el estilo de vida y fisioterapia, son algunas alternativas que puede ayudar a tratar este síndrome.

En el caso de tratamientos médicos se puede administrar antibióticos, bloqueantes alfaadrenérgicos, antiinflamatorios, relajantes musculares y preparados herbarios. 

Para tratar los dolores se usan medicamentos contra el dolor neuropático como antidepresivos tricíclicos o gabapentinoides; los opiáceos constituyen, por lo común, una de las últimas alternativas médicas. 

Cuándo es necesaria una operación


Decidir si se debe recurrir a la cirugía para aliviar o curar este síndrome, dependerá del diagnóstico y del tratamiento que se dé.

Suele recomendarse la cirugía en casos específicos, por ejemplo, cuando estamos ante una obstrucción uretral o del cuello vesical.

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