jueves, 28 de julio de 2016

EL OPTIMISMO DURANTE UN TRATAMIENTO DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

El optimismo hace referencia a la manera de percibir el mundo de manera positiva, es una capacidad que se adquiere con la experiencia. Las personas optimistas son aquellas que, ante una situación que se presente, la abordan de manera positiva, pero siempre realista.

Se enfatiza mucho el optimismo racional durante un Tratamiento de Reproducción Asistida (TRA); ya que al mantener nuestra motivación basadas en las probabilidades estadísticas que nos da nuestro médico, podremos enfrentarnos a la respuesta final con mayor adaptación.

¿Qué hace perder el optimismo durante un Tratamiento de Reproducción Asistida?

Es probable que las personas que se muestren más negativas ante un nuevo tratamiento, sea porque han tenido tratamientos previos fallidos que no han sido bien procesados y que le brindan un estilo filtrado de ver la realidad actual. Para esto es necesario trabajar el duelo antes de iniciar un nuevo tratamiento.

Es normal que durante el proceso de reproducción asistida experimentes emociones totalmente opuestas; como miedo y felicidad, negatividad y optimismo; es parte del proceso, tu cuerpo se está adaptando a las posibilidades que posee de llegar a tu meta de ser padre.

El miedo puede ser de gran ayuda, ya que te avisa de que algo puede ir mal, te ayuda a prepararte para tomar decisiones futuras en caso lo necesites; y el optimismo te recuerda tus posibilidades de ser padre, te permite tomar elección y te motiva a seguir intentándolo, a atravesar los contratiempos del tratamiento y a adaptarte a los roles de tu próxima paternidad.

Pensamientos para mantener el optimismo durante tu tratamiento:

Haga que sus pensamientos sean flexibles utilizando palabras como ‘es posible’, ‘existen altas posibilidades’ (Ej: ‘Tengo muchas posibilidades de ser madre con un tratamiento’). Es importante cuidar estos pensamientos porque los humanos somos particularmente sensibles a las predicciones absolutas sobre el futuro, ya que pueden predisponernos a actuar de manera negativa y que el cuerpo no responda adecuadamente al tratamiento.

Los pensamientos que nos llevan a imaginar un peligro a futuro, hacen que nuestro cuerpo reaccione en el presente. Para evitar este pensamiento y disminuir la ansiedad trate de reflexionar y realizar una evaluación honesta y real de la situación en términos de porcentajes; por ejemplo ‘¿Cuál es mi probabilidad en porcentajes de quedar embarazada?’, ‘¿cuál es mi posibilidad real?’.

Deje de utilizar palabras como ‘terrible’, ‘horrible’, ‘insoportable’ para referirse a su condición y su problema actual; ya que este tipo de pensamiento sólo le dará la perspectiva del problema, dejando de lado las alternativas de solución que tiene. Racionalmente nos daremos cuenta que el humano puede acostumbrarse y enfrentarse a una gran variedad de cambios que surgen durante su vida, por eso es saludable referirse frases como, ‘es una dificultad a la que puedo enfrentarme’, ‘hay maneras de solucionarlo’, ‘muchas parejas han pasado por lo mismo y lo han superado’; así tendrá una perspectiva orientada a la solución.

Es importante ser consciente que el 95% de los problemas de fertilidad son dadas por causas biológicas que escapan de su responsabilidad o la de su pareja; entonces reflexione, ‘¿realmente es mi culpa?, ¿mi pareja tiene la culpa de lo que está pasando?, ¿culparme o culpar a mi pareja cambia el problema?’.No hay culpa en lo que escapa de nuestras manos, pero si hay responsabilidad sobre lo que hagamos y decidamos hacer para solucionarlo en el presente.

Evite ponerse normas y expectativas rígidas sobre su vida, con frases como ‘A mi edad ya debería ser madre’, ‘si estoy casada ya debería tener un hijo’; ya que estas pueden causar altos niveles de ansiedad si no se cumplen. Para cambiar estos pensamientos debemos reemplazarlas por frases que contengan las palabras ‘yo quisiera’ o ‘me gustaría’ (Ej: ‘En esta etapa de mi vida me gustaría ser madre’), esto hará que su objetivo de ser madre sea una motivación saludable y no una obsesión ni un mandato que genere presión.