Biológicamente,
la edad óptima para ser madre es aproximadamente a los 25 hasta los 30 años
edad, donde las mujeres empiezan a experimentar una disminución en su fertilidad;
sin embargo psicológicamente, la mayoría de las mujeres a esta edad aún no se
sienten preparadas para llevar una maternidad. Cada vez más se ve que en la
adultez temprana, las mujeres se plantean más metas a nivel personal, académico
y laboral, dejando aun de lado la idea de maternidad.
Hasta hace
poco, solo se hablaba de los riesgos de la maternidad tardía, se catalogaba a
la mujer mayor de 35 años como ‘madre añosa’, destacando las dificultades que
se tenían; sin embargo, ahora, se empieza a hablar de beneficios. Según un
reciente estudio de Harvard, las mujeres que tienen hijos después de los 40
años viven más años, esto biológicamente hablando.
Ahora, desde
el lado psicológico también podemos encontrar un listado de beneficios tanto
para la mujer, la pareja y el hijo futuro.
La Ovodonación, una maternidad tardía
segura:
Uno de los
puntos en contra de ser madre tardía es que, al pasar el tiempo las mujeres
bajan su calidad y cantidad ovárica. Ginecológicamente, por encima de los 35
años aumentan los riesgos de sufrir alguna patología concomitante tanto para la
madre (principalmente hipertensión y diabetes) como para el feto (prematuridad,
bajo peso y anomalías cromosómicas).
Sin embargo,
Actualmente la ciencia nos brinda alternativas para reducir esta predisposición
por medio de la ovodonación y el estudio de los embriones antes de ser
implantados (PGD).
Esta técnica
implica la utilización de óvulos donados de una mujer joven (donante) de
aproximadamente 25 años, edad en la que los ovulos gozan de mejor calidad. Además,
mediante la técnica de PGD se estudian los embriones formados para conocer la
salud cromosómica del mismo.
Estas
técnicas brindan alternativas para que la mujer o la pareja decidan
abiertamente cuando desean ser padres y no por la premura del reloj biológico,
sino cuando realmente se sientan motivados.
Perfil de las mujeres o parejas que deciden
una maternidad tardía
Personas que
forman pareja de forma tardía y que por ello tienen sus hijos a una edad también
tardía.
Parejas o mujeres
que consideran que la paternidad es algo más amplio y complejo que la mera
productividad biológica; por lo cual se desarrollan primero en otros ámbitos
para luego plantearse la meta de la paternidad.
Parejas que
quieren brindar estabilidad económica y emocional a su futura familia.
Parejas
conscientes de lo que implica ser padres, que tienen una percepción real de lo
que implica el rol; por cual prefieren culminar metas en otras áreas antes de
tener la experiencia de paternidad.
Mujeres que
ven la maternidad como una alternativa y no como fin máximo de su género. Observan
que hay alternativas para desarrollarse en las áreas personales, académicas y
laborales; y estas generan las mismas expectativas que ser madre.
Beneficios psicológicos de ser madre tardía
• Según la
teoría de Erickson, a partir de los 40 años la persona prioriza la búsqueda de
equilibrio y productividad en su contexto, existe preocupación y
responsabilidad por su futuro, por el porvenir de los suyos y de las próximas
generaciones; es capaz de establecer una mejor estabilidad familiar.
• Durante la
adultez media (a partir de los 40 años) la mujer posee un autoconocimiento fortalecido,
lo cual representa una ventaja clara en la adaptación al rol de madre.
• Existe estabilidad
económica, profesional y emocional. La persona puede sentirse realizada en
otras áreas.
• El deseo
de ser madre será racional y saludable, ya que la mujer se valorará por lo
logrado a los largo de su vida y no solo por su condición de maternidad.
• La pareja ha
aprendido a lidiar con problemas previos al rol de padres y han encontrado
herramientas para negociar en circunstancias problemáticas; haciendo que sea
más fácil adaptarse al rol de padres.
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